lunes, 23 de septiembre de 2013

Tu calor, ese calor



Te abalanzas sobre mí, pegando tu cuerpo al mío, mis manos te toman por la cintura, no dejo de besarte, tu blusa y brasier han ido a parar a un lado de la cama, acaricio tu espalda desnuda, la recorren completa y  delicadamente mis manos suben y bajan, tu jean empieza a deslizarse, mis manos se estiran para acariciarte, ahora estas toda desnuda, te sientas sobre mi, no hace falta decir nada, tu sola lo guías para que entre en ti, empiezas a moverte con esas ganas voraces que siempre tienes, me pides que tome tus pechos, que los acaricie, ese vaivén de tus caderas, la cadencia de tus movimientos, mientras estoy aferrado a ti, mientras aprieto y acaricio, ver como tu cara está llena de deseo, como tu cintura no para de moverse, como tus jadeos y gemidos se escuchan en la habitación, mi mano busca tapar tu boca (no quiero que te escuchen los vecinos) pero tu abres tu boca provocativamente tu lengua serpentea invitando a mis dedos a entrar en ella, tu empiezas a chuparlos, sigues sin dejar de moverte ni de chupar, me enardeces, haces que me transforme en alguien más, mis manos te tocan, te recorren, posándose en tus caderas, mis piernas se levantan y empiezo a empujar, me intentas detener pidiéndome que no me mueva que tu harás todo, pero mis manos siguen aferradas a ti empujando ahora yo guio los movimientos, son fuertes y profundos, te escucho gemir casi gritar, mis manos suben a tu cabeza para jalar tus cabellos, tu cara se llena de excitación y tus mejillas se enrojecen jalas aire, se que te excita, mis manos rodean tu cuello apretándolo mientras sigo entrando en ti, tu boca se abre queriendo tomar aire, quieres que pare? Te estoy haciendo daño ( no dejo de hacerlo aunque pregunte)  solo mueves tu cabeza negando, no quieres que pare, quieres que me venga, asientes, sigo moviéndome, dejo de apretar un poco, escucho tu gemido y ese jalón de aire que has tomado, y ese ruido tan especial que haces cuando estás tan excitada y a punto de llegar, te sigo moviendo a mi antojo, sigo provocándote ese calor entre tus piernas (ahora mismo lo has de sentir) ese calor que te quema al recibirme en ti, queriendo siempre que me venga en ti, y yo haciendo todo por complacerte